mayo 10, 2011

·Nosotros, la vía y el camino·


Breve introducción
Me preguntó si quería ir a la casa, le dije que sí. Caminamos, llegamos, conocí a la hermana (Jess, es M., una amiga), comimos tarta de zapallitos fría y después fruta. Nos reíamos, porque no esperábamos que esté la hermana, entonces cuando terminé dijo que me acompañaba y volvía. Y así fue. En un momento como caminábamos muy rápido, le dije de detenernos un segundo, y accedió con la condición de sentarnos en el cordón de la vereda. Estábamos al lado de las vías del tren y a una cuadra después de las vías estaba la parada, gran metáfora que entendí después. Mientras, nosotros dos, ahí sentados, y él empieza:
·M·: Todo este juego me parece una pendejada, y… estoy bastante confundido (Yo esbocé una media sonrisa amarga, sabiendo por qué lado venía el asunto).
·M·: No te confundas, no quiero ser tu novio ni nada, eh?
M.: No, no, ya entendí de qué se trata. De hecho, ya estabas tardando mucho en decirlo. Lo vengo esperando.
·M·: Por algo en particular?
M.: No, simplemente porque ya estaba durando mucho todo esto.
·M·: Me parece que ya no deberíamos seguir con esto. Es muy inmaduro, y vos tenés que madurar, y quiero ayudarte a hacerlo.
Me encontraba con mi mejor expresión de relajación y tranquilidad y de hecho, la media sonrisa persistía. No estaba ahí porque me gustara todo eso, porque en verdad odiaba esa situación, sino porque es algo que a venía esperando.
·M·: Entonces?
M.: Entonces qué?
·M·: Qué pensas?
M.: Nada, simplemente que entiendo lo que decís y que si así lo querés entonces no hay problema.
·M·: Pero reaccioná! Pegame, menos en la cara, que no se note mucho por favor. Pero descargate, decime algo, puteame.
M.: Já. No tengo por qué hacer nada de eso. No quiero hacerlo, ni hay motivos tampoco. Basta con que olvidemos todo esto último que pasó, no me afecta ni cambia hacerlo.
·M·: Sé que me vas a tomar bronca después de esto. Vamos a seguir siendo amigos?
M.: Otra vez, no tengo por qué hacerlo. Vos acaso me ves con bronca?  Y claro que vamos a seguir siendo amigos. Eso nunca cambió.
·M·: No, pero yo te conozco, sé que estas cosas te hacen mal, sé que te hice mal. Por favor, decí algo.
M.: No tengo nada más que decir ·M·, más que nos vemos mañana.
·M·: No, no te vayas (mientras que me abrazaba. Yo no lo correspondía, no quería hacerlo). Siento que sos como una bomba. Y que si te suelto, explotás y se acaba todo.
M.: No voy a explotar ni nada, simplemente voy a seguir con mi tarde y vos con la tuya.
·M·: Ok, pero no ves que estás enojada?
M.: No lo estoy, en serio.
·M·: Entonces por qué no me abrazás?
M.: Porque ya no tengo deseos de hacerlo, no lo siento.
·M·: Odiame, pero hacé algo!
M.: no tengo nada más que hacer más que irme, porque llego tarde.
·M·: No me importa. Hacé algo o te obligo de cualquier forma.
M.: Que nunca se te vuelva a ocurrir acercarte a mí. Ni a besarme ni nada que quieras hacer.
·M·: Voy a poder abrazarte? Y darte besos en la mejilla?
M.: Sí, pero no te excedas.
·M·: M., te quiero muchísimo, como amiga, pero te quiero. Y siento que está todo mal. Me parece que estoy yo peor que vos.
M.: Sí, te estás tomando todo esto, demasiado extremista. No ves que yo estoy bien?
·M·: Perdón. No podés olvidarte de todo lo que te dije hoy?
M.: Bajo ninguna circunstancia. De lo que me voy a olvidar es de todo lo que pasó.
·M·: Pero por qué te podés olvidar de eso y de lo otro no? Es un círculo. Yo no me quiero olvidar de lo otro.
M.: Pero yo sí. Y así va a ser.
·M·: No quiero que te vayas. Por lo menos abrazame antes.
M.: Ok. (Me abrazó, y yo a él, muy fríamente. Dando todo lo que estaba en mí para que el notara que me dolía todo aquello. Y para peor, recordé todo. Nosotros de la mano, después en una cama mirándonos y sonriendo. Él abrazandome y preguntándome si era feliz y diciendo que él lo era… Y se me empañaron los ojos, y él notó el cambio. Me miró)
·M·: Sé que me vas a tomar bronca, sé que mirás al tren y lo que pensas, sé que cuando me vaya vas a llorar. (Sólo se equivocó en la primera).
M.: Me voy ·M·, prométeme que te vas a cuidar.
·M·: Sí. Mañana que va a pasar?
M.: Va a ser todo como siempre. Bye bye.
Y me alejé y él hizo lo propio, con expresión de tristeza. Fui por el atajo a las vías del tren. Lo esperé y no llegó, entonces no pude darle el final a mi historia, o a este momento. Y seguí con el camino que debía. Lo metafórico fue ver cómo entre nosotros dos y el resto de mi camino aquella tarde sólo estaba el tren. No lo entendí hasta el final. Tenía la opción de frenar en las vías o seguir el camino que correspondía a este día. Y lo hice. Aún no sé por qué.
Hoy no maduré más como él quería que fuese. Sólo aprendí dos cosas:
1)      Cómo comer pomelo con cuchara.
 Se corta el pomelo a la mitad y se le corta la cáscara y después por la línea de los gajos. Se le pone mucha azúcar y después se sacan los gajos con la cuchara^^
2)      Por lo general en cada situación desagradable de la vida tenemos dos opciones muy claras. Para ambas (aunque muchos no piensen como yo), se necesita valor. Una es terminar con todo lo que pueda dañarnos con dignidad, caminando de espaldas en una vía. La otra, es cruzar la vía de frente y seguir con la mejor expresión posible. Cuestión de saber qué queremos, no?  Quizás no  es lo que sepamos sino lo que hagamos. Basta con hacer algo.
Todo esto sucedió hoy de dos y cuarto de la tarde a tres menos veinte.
P.D.: Mis excusas por no comentar!!! Ya me pondré al día. Suerte escribidores. Au revoir.

2 comentarios:

  1. lo que está fiero es cuando caminas por la via sabiendo que viene el tren de frente, te enceguecés y a pesar de saber como van a terminar las cosas no parás la marcha. Eso si está fulero. Y pasa.
    Por lo menos lo pudieron hablar, esquivar las cosas siempre trae otras peores. Me pasa algo parecido, y no puedo poner el punto muerto. tendría que ser así de frontal como vos también, creo que es la solución.
    bueno y nada.. es jodido el tema. Una situación de mierda la verdad, ojalá no andés muy tristona che.
    saludetes muchacha :)

    ResponderEliminar
  2. Por alguna extraña razón mucho no me inmute.
    Lo de la metáfora del tren no la entendí al principio y después lo empecé a sospechar.
    Ésta entrada y todo lo que pasaste, afirman lo que te decía en el post anterior sobre lo trágico de tu historia.
    Saber y esperarse algo de antemano es triste, no te da lugar a sorprenderte y reaccionar ante eso.
    Y es por eso que lo mantuviste tan casual, sin drama. Aunque pienso que también actuaste un poco y te pusiste la mejor careta que encontraste.
    Cheer up, si ya lo veías venir y estabas convencida de que no debía ser quizás es para mejor. El hecho de seguir teniéndolo en tu vida no sé si es para mejor o no. Depende de cada uno.

    Que andes bien

    ResponderEliminar

por lo menos alguien lee, gracias