junio 15, 2011


II

Ella tenía razón cuando me decía que no viviese cosas intensas en lugares que frecuente, porque cuando el mundo deje de girar alrededor nuestro, los lugares se pondrían grises. Y de ese color estaba la calle entre las vías y tu casa, donde te dio miedo que esto saliera bien. Claro, nunca supimos qué es bien en todo lo que vivimos. Entonces nunca voy a poder culparte por ser cobarde. Yo también lo fui. Después de que te arrepintieras, porque te di a vos una oportunidad para volver eso atrás o seguir adelante y por darle una oportunidad más a una vida que se merecía más oportunidades que vos. Entonces no nos puedo culpar. Por eso mejor culpemos a los trenes. Que muestran mi debilidad y que siempre van a recordarme a tu casa y todo lo que se va. Tal como vos. Ella tenía razón cuando dijo que había cosas que era mejor no arruinar.

2 comentarios:

  1. Me encanta esa fascinación que tenes y que no pasa desapercibida en tu blog con los trenes.
    Cada vez la entiendo más y me encanta la idea.

    Que andes bien

    ResponderEliminar

por lo menos alguien lee, gracias