II
Ella tenía razón cuando me decía que no viviese cosas intensas en lugares que frecuente, porque cuando el mundo deje de girar alrededor nuestro, los lugares se pondrían grises. Y de ese color estaba la calle entre las vías y tu casa, donde te dio miedo que esto saliera bien. Claro, nunca supimos qué es bien en todo lo que vivimos. Entonces nunca voy a poder culparte por ser cobarde. Yo también lo fui. Después de que te arrepintieras, porque te di a vos una oportunidad para volver eso atrás o seguir adelante y por darle una oportunidad más a una vida que se merecía más oportunidades que vos. Entonces no nos puedo culpar. Por eso mejor culpemos a los trenes. Que muestran mi debilidad y que siempre van a recordarme a tu casa y todo lo que se va. Tal como vos. Ella tenía razón cuando dijo que había cosas que era mejor no arruinar.
Me encanta esa fascinación que tenes y que no pasa desapercibida en tu blog con los trenes.
ResponderEliminarCada vez la entiendo más y me encanta la idea.
Que andes bien
La culpa la tienen los trenes.
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